
Le costó acostumbrarse a esa extraña y nueva luz. Cuando lo consiguió, vio ante sí la escena más angustiosa que vería jamás en su vida.
No había nada
Hasta que las vio en el cielo, tras un rato caminando. Sólo las había visto en libros pero no tardó en reconocerlas. Recibían muchos nombres pero sabía su significado.
Creyó que del golpe en la cabeza, había perdido visión y lo veía todo gris y rojo. Lo que pisaba no parecía tierra.